Las dificultades materiales son: el desempleo, deudas, insatisfacción con el actual empleo, dificultades de negocios, préstamos que no se concretaron, perjuicios inesperados, rebeldía, inmadurez para entender su mediumnidad, incapacidad en lidiar con los aspectos mediúmnicos de su religiosidad que afecta su sistema nervioso impetuosamente, desarmonías domésticas, incapacidad de asumir una postura “íntima” de respeto a las normas de los templos, la no asimilación natural de orientaciones doctrinarias, fobias, etc.

Sepan que las dificultades materiales son temporales, y cuando el médium las supera recupera su entusiasmo y deseo de ser útil a sus semejantes.

Los desequilibrios emocionales son de difícil solución porque en ciertos aspectos, las personas no perciben las existencias de ellos, y hasta piensan que es por causa de otras personas que se encuentran de esa manera. En momento dado, llegan al punto de sentir odio y repulsión por la corriente espiritual que lo ha ayudado a intentar comprender su situación.

Normalmente el médium nuevo que ingresa a un templo, va siendo amoldado por el comportamiento de los integrantes más antiguos. Pero, el nuevo médium por poseer su naturaleza íntima, también va modelándola según lo nuevo que se le está siendo mostrado. A partir de estos dos “modelos” aflora un médium equilibrado y capaz de mantener su individualidad e integrarla naturalmente a la corriente que pertenece.

Pero en muchos casos la formación religiosa anterior del médium trabaja contra él, ya que él internalizó comportamientos disonantes con la doctrina que está siendo pasada en esa nueva escala de su evolución espiritual. Él, nada hace para asumir una postura más afinada con su nueva condición religiosa, poco contemplativa y bastante activa, pues no está yendo a su centro solo para rezar y sí para “trabajar”.

El médium tiene dificultad en entender que tanto su aspecto emocional como racional necesita ser trabajado lentamente e ir siendo adaptado a su nueva condición: la de miembro activo de una corriente espiritual.

Y mismo los espíritus que actuarán a través del nuevo médium tendrán que adaptarse a la corriente que los recibió y los aconsejó como sus nuevos miembros.

Entonces es común que surja insatisfacción de ambos lados, tanto para la corriente espiritual como para los doctrinadores, el nuevo médium y sus guías, acostumbran chocarse, pues el nuevo tiene dificultad en someterse al más viejo, tanto cuanto este tiene dificultad en lidiar con quien no se “encuadra” automáticamente en una postura y comportamiento ya sedimentado en el tiempo y teniendo como norma de conducta dentro del espacio religioso construido a duras penas y sustentado con mucho esfuerzo por la corriente espiritual y por los médiums más antiguos, que año tras año están sustentando con amor y dedicación integral todo un trabajo en beneficio de la colectividad.

El médium nuevo, o se intimida y bloquea su propio desenvolvimiento mediúmnico y su efectiva integración al cuerpo mediúmnico de la casa, o intentan imponer dentro de ella, sus disturbios comportamentales y sus vicios emocionales, también desarmonizando y bloqueando el aflorar natural de las facultades mediúmnicas. Tenemos también el caso de médiums que ya realizaron otras prácticas místicas, iniciáticas o espiritualistas, y en vez de guardarlas para sí hasta incorporan nuevas prácticas, ya aprobadas y comprobadamente eficaces por el espiritismo de Umbanda, intentan remodelarlas, o sea, intentan adaptar sus prácticas espiritualistas anteriores a la Umbanda. 

Con eso, crean una mezcla que solo en la cabeza de ellos está ordenada, si es que está, pero para los compañeros que lo reciben dentro del templo, todo parece confuso. Si esto sucede, es porque tenemos dificultades de entender el universo religioso muy parecido con el de un estudiante universitario que dejó de estudiar química y comenzó a estudiar matemática pura. En este caso, tanto la química como la matemática pura lidian con valores, pero aplicados en campos diferentes. Independiente de que ambos lidien con número, no significa que hablen de la misma cosa.

Entonces el médium ya desenvuelto, que por alguna razón cambió de templo, tiene que entender que cambió el campo donde aplicaba sus valores y entró en un templo donde los valores presentes fueron otorgados por los Guías Espirituales, y 

Lo correcto en este caso, es que el médium al incorporar los nuevos valores espirituales siempre tendrá en sí , sus antiguos valores espirituales. Lo errado no solo es no absorber los nuevos valores del templo que lo acogió adaptándose a las nuevas normas comportamentales, sino también intentar imponer los suyos a quien ya está con sus valores “asentados” dentro del templo.

Recomendamos a quien están entrando en un templo, que primero la conozca, y comprenda sus prácticas espirituales, al punto de absorberlas e integrarlas a las suyas, y solo después de  haber aceptado e integrado plenamente a las corrientes mediúmnicas y espirituales, ahí sí, ofrezca sus valores para apreciación. Y caso sean aceptados como positivos y fortalecedores de las prácticas ahí ya realizadas antes de su llegada, entonces serán absorbidos e integrados naturalmente a las prácticas del templo que lo acogió.

Otra recomendación que hacemos a los médiums, tanto a los nuevos como a los más antiguos, es que vigilen sus pensamientos en relación a todo y todos, pues la espiritualidad los oye y su propio mentor aplicará acciones religiosas, en caso de que el médium vibre antipatía por sus hermanos de fe o en caso de que se quede “suponiendo” a espaldas de alguien. Si un mentor, que es un espíritu de alta evolución, se digna a incorporar en un cuerpo físico, a veces llenos de toxinas nocivas a su sutilísimo cuerpo energético, con certeza no aceptará incorporar en un médium cuya mente es un depósito de pensamientos negativos. Y ahí, la solución es que el mentor opte por un recurso extremo, que es confiar su médium a un espíritu poco evolucionado, para que este cuide de él, pues aún sustenta la vibración de pensamientos negativos.

Pero en último caso, el mentor se recoge a su faja vibratoria en la luz y confía su médium a la Ley Mayor y a la Justicia Divina, que lo asumirá efectivamente, y de ahí en adelante el médium solo irá a incorporar espíritus afinados con su padrón, vibración y moral. Y casi siempre son “egunes” fuera de la Ley que actúan en esos médiums o son quiumbas, obsesores, bromistas, perseguidores, vengativos, etc., que llevarán al médium a un tormento o  la falta de fe. Y no es raro,  que después del recogimiento del mentor, el médium que fue reprobado entra en una fase de escepticismo y desencanto con su mediumnidad, alejándose de los templos. Entonces va a buscar auxilio en alguna religión donde cualquier contacto con el mundo espiritual es condenado.

Sepan que Dios no desampara a nadie en momento alguno, y recoge Sus hijos médiums en estas religiones contrarias a las manifestaciones mediúmnicas para darles Su amparo y re-direccionarlos en la evolución religiosa. Sí, es un amparo divino y ayuda al médium en el sentido de “reeducarse”.

Por tanto, recomendamos esto a  los médiums nuevos o médiums ya experimentados: vigílense y procuren conocerse. Descubran si están integrados a la corriente mediúmnica que los acogió y si fueron aceptados por la corriente espiritual del templo que frecuentan.

Sea un médium conciente de sus deberes, pues mediumnidad es sinónimo de sacerdocio y trabajo espiritual es sinónimo de actuación de los espíritus santificados en el respeto y fe en Dios, y en amor a la humanidad, por la cual continúan trabajando mismo viviendo en el mundo de los espíritus.

Hermano médium no te olvides que inconcientemente, puedes ser el elemento de desagregación de corrientes de trabajos espirituales, en caso de que no domines tus instintos, tu intolerancia para con la deficiencia ajena, tu incapacidad de entender como un sacerdote tu mediumnidad.

Pero, en caso de que insistas en un comportamiento “mundano” o en una postura “anti-religiosa” dentro de una corriente espiritual con certeza solo incorporarás espíritus “inmundos” y movidos por el deseo de desagregar centros espiritistas, por el odio que sienten haciala Luz por  no haber comprendido la forma de Dios en nuestra vida religiosa.

En cuanto a los médiums que solo tienen voz para criticar los trabajos espirituales de sus hermanos en la corriente mediúmnica, estos están perdiendo su tiempo, porque la luz que conquistan durante los trabajos, la pierden con el anti-servicio que prestan a las tinieblas de la discordia.

A los que piensan que hacen mucho, yendo solo a los trabajos espirituales y no preocupándose con las necesidades del templo o de los hermanos, en la misma medida recibirán de la espiritualidad en general, y de sus mentores, cuando sus pruebas los absorban.

Médium, reflexiona porque la armonía del templo que tú frecuentas depende de tu equilibrio emocional y mental , así también de tu buen censo, porque mediumnidad es un sacerdocio espiritual.